miércoles, 10 de septiembre de 2014

La hora donde el fuego quema la verdad

Hola señor@s:

¿Sabéis ésa sensación de que os falta algo una noche?. Éso es exactamente lo que me pasa hoy. 

Veréis, hoy, estoy recordando. Cuando era pequeña, Rebecca hizo un juego, un juego que se llamaba como el título de éste post pero que reducíamos a "la hora del fuego" y señores míos ésto viene muy bien para parejas o para madres/ padres que quieran tener una relación más estrecha con sus hijos.


El juego consistía que, ha partir de una hora de la madrugada, (nosotras elegíamos la 1:00) se podía hablar de todo, de cualquier cosa que te pasa por la cabeza, de ésos temas tabúes que no sabes cómo contar o te da miedo contar y aquí viene lo bueno, cuando acaba el fuego, se olvidaba todo lo que se había contado y ahí, entre la oscuridad, quedaba guardado el secreto hasta otra hora del fuego.

Es curioso como, sabiendo que algo no te lo pueden echar a la cara en cualquier momento, hace que te sientes más libre y puedas hablar con toda tranquilidad al respecto. Lógicamente, éste juego no se puede hacer con cualquiera, sólo con alguien con el que tengas muchísima confianza y no pueda romper las normas, si no, mal juego.

Y hoy, a pesar de que ya no tengo a mi Rebecca, hoy, a las 3:19 de la madrugada de un martes, hoy, mentalmente, estoy contándole todo a mi Rebecca.

Porque, como ya dije en otro post anterior, mi Rebecca era querida por muchas personas, incluso por mí. No sé cuándo leeréis ésto, ¿será por mañana? ¿de noche? Pero lo que yo sí sé es una cosa, hoy he querido guardar un instante de ése fuego para vosotros, guardar ése momento cálido frente a la chimenea, disfrutando de la oscuridad alrededor, sólo iluminada por un movimiento sinuoso de una vela.