miércoles, 10 de septiembre de 2014

La hora donde el fuego quema la verdad

Hola señor@s:

¿Sabéis ésa sensación de que os falta algo una noche?. Éso es exactamente lo que me pasa hoy. 

Veréis, hoy, estoy recordando. Cuando era pequeña, Rebecca hizo un juego, un juego que se llamaba como el título de éste post pero que reducíamos a "la hora del fuego" y señores míos ésto viene muy bien para parejas o para madres/ padres que quieran tener una relación más estrecha con sus hijos.


El juego consistía que, ha partir de una hora de la madrugada, (nosotras elegíamos la 1:00) se podía hablar de todo, de cualquier cosa que te pasa por la cabeza, de ésos temas tabúes que no sabes cómo contar o te da miedo contar y aquí viene lo bueno, cuando acaba el fuego, se olvidaba todo lo que se había contado y ahí, entre la oscuridad, quedaba guardado el secreto hasta otra hora del fuego.

Es curioso como, sabiendo que algo no te lo pueden echar a la cara en cualquier momento, hace que te sientes más libre y puedas hablar con toda tranquilidad al respecto. Lógicamente, éste juego no se puede hacer con cualquiera, sólo con alguien con el que tengas muchísima confianza y no pueda romper las normas, si no, mal juego.

Y hoy, a pesar de que ya no tengo a mi Rebecca, hoy, a las 3:19 de la madrugada de un martes, hoy, mentalmente, estoy contándole todo a mi Rebecca.

Porque, como ya dije en otro post anterior, mi Rebecca era querida por muchas personas, incluso por mí. No sé cuándo leeréis ésto, ¿será por mañana? ¿de noche? Pero lo que yo sí sé es una cosa, hoy he querido guardar un instante de ése fuego para vosotros, guardar ése momento cálido frente a la chimenea, disfrutando de la oscuridad alrededor, sólo iluminada por un movimiento sinuoso de una vela. 

jueves, 21 de agosto de 2014

La realidad de Bella.

Definitivamente ya no me fío ni de mí misma.

Veréis, iba yo a comprar un cargador portátil para mi móvil.
Sí, porque la vida es así de injusta, porque ya no duran los móviles "ná de ná". Porque tienen aplicaciones para todo, sí, pero lo que les falta es batería, se gasta muy rápido, y que conste, mi móvil no tiene mucho tiempo, es un bebé el tío. Entonces luego ocurre lo inevitable, que vas, como en mi caso, con un cargador en el coche, un cargador en casa, un cargador en el bolso, un cargador en la oficina (No sé cuántos cargadores tengo, por Dios).


Bienvenido a mi maravilloso mundo de los cargadores.

Bueno, volviendo al tema, que fui a comprarme un cargador portátil y ocurrió la gran tragedia de mi vida, sí, de esas que te destruyen el alma (bueno, no tanto, es que hoy estoy muy trágica), vi dos que me gustaban.

No sé si alguna vez lo he dicho, pero en ocasiones, veo muertos... que noooo lo que ocurre es que en ocasiones creo que mis pensamientos van más rápidos que la velocidad de la luz, llegando hasta el infinito y más allá.

La verdad es que uno era muy muy bonito y el otro era feo, sí, feo con ganas, pero era mejor. Para más inri, tenían los dos el mismo precio. Y aquí estuvo el gran dilema de mi vida, en plan...¿cuál de ellos me llevo? ¿ El feo, pero feo, aunque bueno... o... el bonito, con un tacto increíble y más malo? Y entonces empezó la gran decisión que decidiría mi futuro: yo era un pequeño saltamontes con dos caminos y debía recorrer uno de los dos. A mi izquierda, un camino seguro, firme pero gris, a mi derecha un camino más largo, más pedregoso, pero con florecillas. Yo, que ante todo soy buena hija, pensé en mi madre y sus palabras, "hija mía, lo bonito está en el interior" y por lo tanto, viajé a mi niñez, yo, una pequeñaja viendo totalmente abstraída la película de la Bella y la Bestia... en el momento en que la taza canta la canción y ellos bailan en el gran salón... Bella, con un precioso vestido dorado y él, bueno, él también iba vestido.


Y dije: "venga, el feo". Mi acompañante en tal aventura respiró aliviado ("al fin" pensó él), muestra inequívoca que señala lo poco que me conoce.

Y allí con paso firme fui a la caja, creyendo que estaba totalmente decidida... pero no, paro, me doy la vuelta, vuelvo, y cojo el otro, voy a la caja con paso firme y de repente hago la misma jugada, y otra vez la misma historia. Nerviosa, me he dado cuenta de que ya estaba perdida, sí, porque me llevara el que me llevara me iba a culpar, así que he vuelto, he cogido los dos y me he ido a la caja, alegre por tal decisión, "bien jugado" me decía para mis adentros. Pero de repente pensé... "¿estás loca o qué? Decide, coge uno y vete, ¿que vas a comprar dos? Que sólo te hace falta uno", (bueno, la verdad es que ya llevaba tres, es que ví otro cargador de coche que me venía bien y lo cogí entre tanto trayecto). Y de repente, me quedé parada, uno en la mano derecha, otro en la izquierda, yo para mis adentros: elige, el camino rocoso, las florecillas del otro, la película de Disney, uno en la mano derecha, otro en la izquierda, la Bella, mi madre, uno en la izquierda, otro en la derecha.... y de repente mi acompañante me toca la cabeza, yo, absorta, lo miro y el dice: "Anda, llévate el bonito". En su voz se notaba la desesperación de una larga hora de espera ante una decisión tan pequeña en comparación con los verdaderos problemas del mundo... y sí, me llevé el bonito.

Éste es el culpable de mis indecisiones y el ganador

Y así me vine, reflexionando sobre mi vida, de cómo yo sentía que era una mujer profunda y demostraba ser una hipócrita, machacándome a mí misma, y de repente toda la película de Disney pasó ante mis ojos mientras yo iba de copiloto dirección a Manderley. Entonces me dije...un momento.

Prueba A: Primer beso de la pareja

Veréis, Bella no besa a la Bestia hasta que se transforma...¿Casualidad o estrategia de mujer?




Porque no nos lo vamos a negar, al final Bella se queda en un gran castillo cuyo dueño es su pareja, con criados, con un guaperas de 1,80 por lo menos, rubio, ojos azules y cuadrado. ¿Por qué no lo besó cuando tenía tanto pelo? ¿eh? ¿Por qué no lo hizo?.


Y también pensé en mi madre, la mujer que me compraba las mismas zapatillas de deporte tooooodos los años, Dios, como odio desde entonces los                J´hayber, que yo no sé cómo serán ahora, ya que mi ignorancia a tal tema es fruto del odio extremo que les cogí en su época, que yo no digo que sean malos, que eran buenos, mira que les hacía de todo a ver si se rompían y nada, allí seguían intactos, riéndose de mí por no conseguir mi cometido (anda y que les piiiiiiiiii). Y ya, para colmo, todos los años el mismo diseño comprado en septiembre para el nuevo curso escolar. Mientras, ella se compraba, según decía, "lo que le sentaba bien". Y sí, para quien se lo pregunte, yo iba hecha un cristo hasta que pude ganar dinero para comprarme lo que me gusta.


Así que, mientras subía las escaleras de Manderley, me solté el pelo en plan femme fatale, moví el culo sinuosamente y pensé... "Bella, que te den".



P.D.: Sé que ésta última reflexión puede ser una manera de auto-engañarme por la compra realizada, pero, francamente querid@, me importa un bledo.



jueves, 7 de agosto de 2014

Mi jarrón desigual DIY

Hola visitantes:

Desde que vivo en Manderlay, he de decir que quiero cambiar muchísimo la decoración. Yo soy una persona que estoy muy interesada en todo lo referente a tal tema y me encanta
hacer cosillas.

Ésta idea que quiero dar hoy es en realidad un pequeño ejemplo de todas las cosas que se pueden hacer con un poco de imaginación, con poco dinero y una tarde sin mucho que hacer.

Os cuento como surgieron las cosas. La verdad es que necesitaba un jarrón para un rincón de una habitación y busqué por varias tiendas, pero, sinceramente, todo lo que veía o me parecía muy caro o no me terminaba de convencer, así que, como es habitual en mí, me puse en plan Scarlett O´Hara y pensé, a Dios pongo por testigo, que tendré un jarrón que me guste.

Taráaaaaa taraaaaaa..... (sí, soy muy peliculera, lo sé, mi madre me hizo así).
Para ello me fui a casa pensando qué podía hacer, ya tenía decido que decoraría yo el jarrón.

Así que me fui a una mercería cercana y compré los botones sueltos que me gustaron para éste trabajo (a un precio simbólico decía la dependienta, francamente, a mí no me pareció tan simbólico). Compré de todas las formas y tonalidades distintas del mismo color. También compré un jarrón muy sencillo de cristal en otra tienda y me fui a casa.



Lo único que tuve que hacer es enchufar mi pistola de silicona y limpiar con alcohol el jarrón.

Una vez ya habia preparado todo, fui pegando los botones a mi parecer y... voilà, mi jarrón ya estaba terminado.


Deciros que me encantó mi jarrón "desigual"  por éso estaba deseando contároslo, creo que es una buena técnica y que queda muy resultón, puede valer para decorar el cuenco para dejar las llaves o en cajitas... yo, desde ya os digo, que esperé un par de meses para escribir éste post para ver si los botones perduraban en su lugar, y por ahora es así y no creo que se caigan.


Os animo de verdad a probarlo porque..... Funciona!!!!



P.D.: Quiero agradecer todas las visitas que tengo al cabo del día, muchísimas gracias, y para vosotr@s:



sábado, 31 de mayo de 2014

Mi Rebecca

Hoy, hace un año exactamente que perdí a mi Rebecca. 



A ésa persona que sabía estar, a ésa persona que era querida por todos, a ésa persona adorada. Pero no os equivoquéis, yo a mi Rebecca también la adoraba... bueno, la adoraba, la quería y ahora, la añoro. La añoro un montón, ése momento de perderla fue horrible y por supuesto, hoy, como todos los días, la tengo en mi memoria.

Hay cosas sorprendentes pero ciertas, al poco tiempo de perder a mi Rebecca, salió a la luz ésta canción de A Great Big World con una colaboración de Christina Aguilera y hoy os  la quiero poner, y quien esté interesado, por favor escucharla y hacerle un pequeño homenaje a mi Rebecca. 

Ésta canción explica exactamente lo que pensé cuando tenía al cuerpo de quien ya no era Rebecca en mis brazos, lo que yo quería decirle y lo que ya no pude decirle. Yo no estaba enamorada de Rebecca como pareja, pero sí que la amaba con un amor de los más puros y sinceros que hay.


Gracias de antemano y, Rebecca: te quiero y te hecho un montón de menos.

domingo, 9 de marzo de 2014

DIY de una pulsera digna de joyería

El otro día, en un centro comercial, vi una pulsera preciosa en un escaparate de una joyería. Inducida por una necesidad imperiosa, entré a la tienda, como abeja es llamada al néctar. Me dije a mí misma: “quiero eso”, pero cuando me dijeron el precio se me salieron los ojos de las orbitas. 


Hay un montón de cosas que se pueden hacer con las manos (guiño, guiño) y se encuentran en joyerías a un precio bastante elevado, así que me vine en el coche dándole vueltas a la cabeza y planeando algo… y aquí os presento una de las cosas que estuve pensando. Lógicamente, una persona sin experiencia como yo no hizo un proyecto inicial muy complicado…pero a mí me gusta mucho, además de que me viene bien, ya que yo soy una histérica y no puedo estar sentada más de media hora en el sofá, así que la historia con la aguja hizo que me quedara tranquilita en él.

Y decir que es súper fácil es decir poco, es más que eso, si lo digo yo, que soy una negada para las manualidades, imaginad lo que se puede llegar a hacer: maravillas.

Para hacer ésta pulsera se necesita un cordón de cuero (yo utilicé uno de 75 centímetros) y unas bolas, éstas son de 8 mm de diámetro, pero yo ahora las cogería más pequeñas (sobre todo porque me molestan un montón las pulseras al escribir, está un poquito, pero mejoraría eso) , un cierre, yo elegí uno con un imán (tengo una pulsera de uno de 50 que tengo que pedir ayuda para cerrarla, y ni con esas), un hilo que se asemeje en color al cordón de cuero, pegamento para el cierre y una aguja. Y ya está, súper sencillo todo.

Sólo tienes que ir cosiendo poco a poco las bolitas, yo lo hice como en la foto, haciendo lazadas entre cada lado de la tira de cuero, es algo pesado sí, pero viendo la tele en tus ratos libres seguro que puedes. Una vez están todas, pones el cierre y terminado.




Sé que no me he explayado con mi resumen de cómo se hace la pulsera, pero es que es así de fácil.

Mira qué mona que voy.

Espero que os guste y os animéis, que la verdad es que ir con algo que has hecho tú y encima que te gusta, te hace sentir una Superwoman y eso siempre es bien recibido.


jueves, 27 de febrero de 2014

¿Qué pasaría si juntáramos a las princesas y WhatsApp?



Sólo saludaros y dejaros la fusión de mis dos últimos posts.
¿Qué ocurriria si una princesa Disney se hiciera WhatsApp?




miércoles, 26 de febrero de 2014

Whatsapp se cae y el mundo se desploma




El pasado sábado se cayó WHATSAPP y mi mundo se desplomó. 




No sabía qué hacer, probé durante los primeros cinco minutos desde que me di cuenta a mandar mensajes en plan:

             Maxim  19:25
             Maxím 19:25
    Probando… 19:26
uno, dos tres…19:26


Y de pronto me percaté, qué obsesión la mía y qué raro todo sin whatsapp… y en ese momento de desconcierto, recibí de una amiga algo que no había recibido en semanas: ¡Una llamada!

El mundo giraba muy rápido alrededor mío, no sabía exactamente dónde estaba, la vida parecía tener otro sentido…”pero, pero, pero… ¿esto qué es?

- ¿Si?... (Estaba nerviosa)

- Señora de Winter, no va el Whatsapp.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOO!!!!!!!!!!!!


Es curioso como el ser humano se acostumbra a algo tan fácilmente. Y la manera en que una aplicación cambia tantas cosas (yo he llegado a estar en mi casa y recibir un whatsapp con: “la comida está lista, vente a la cocina ya”).




Y en realidad no me hace tanta falta, te facilita la vida si, pero no es tan necesario como nos creemos. Y eso me hace pensar en tantas cosas que tenemos y que en realidad no necesitamos, cosas que decimos: “sin esto no puedo vivir”. Señores míos, somos yonkies de lo prescindible. De tantas y tantas cosas: consolas (bueno, consoladores sí), móviles “ultramegasónicos” de pantallas descomunales (hemos dejado de llevar ladrillos a llevar azulejos), televisores en todas las habitaciones (he visto casas con televisores hasta en el cuarto de baño), blurays, home cinemas, taitantos canales que repiten siempre la misma programación (porque pertenecen a las tres mismas cadenas), que yo he empezado a ver una peli un domingo noche y la he terminado de ver un jueves tarde en otro canal, y tantas y tantas cosas…



¿Y nuestra juventud? Yo he vivido la época en que nos pasábamos notas en las clases, ahora se mandan whatsapp, veo a los niños con los móviles enganchados intercomunicándose entre ellos sentados en el mismo banco. Chicos que utilizan la calculadora para calcular 2x3 (una vez vi a una chica multiplicar 7x1 y seguía dándole a x1…x1…x1… convencida de que el resultado no podía ser 7, creedme si os digo que me quedé a cuadros).




¿Qué le estamos enseñando a los que vienen detrás de nosotros? Estamos creando unos esclavos de la tecnología, unas amebas más preocupadas en que Paula Echevarría copie el estilismo de otras blogger (que francamente, eso se veía a la legua) que de ser feliz y forjarse un futuro mejor. 

Y es que lo están consiguiendo, entre los recortes, la televisión basura y la desgana de algunos padres (antes tenía la fuerte convicción de que las madres existían única y exclusivamente para dar órdenes a diestro y siniestro, ahora creo firmemente que los hijos existen para exigir a los padres), la población nos estamos convirtiendo en un rebaño de ovejas, y lo peor es que el pastor es un lobo.

Señores, el mundo cambia todos los días, espero que cambie a mejor en el siguiente turno, que ya es hora. Yo intentaré poner mi granito de arena y seguir hacia adelante, utilizando la tecnología sin que ella me utilice a mí.

Nadie debería tener tanto poder. 
Porque, ¡a Dios pongo por testigo de que la próxima vez que se caiga el WHATSAPP tendré el LINE preparado!
Qué peliculera que soy... madre mía.
Y para terminar: