lunes, 27 de enero de 2014

Bienvenidos.

“Anoche soñé que volvía a Manderley”

     De ésta manera, Daphne du Maurier  en su novela y, posteriormente, Alfred Hitchcock en el cine, nos envuelve en un universo aparentemente idílico, con rosaledas y caminos bordeados y rododendros, y con unas praderas preciosas que terminan en una pequeña cala. Pero, por desgracia, no todo en la vida es tan idílico, sino que termina siendo una constante incertidumbre mientras se sigue la historia.

     Es curioso, la primera vez que vi esa película me enamoré de ella, pero lo que nunca imaginé es que bastantes años después me sentiría tan identificada con esta novela gótica del siglo XX. Y así es como empiezo este blog, de la misma manera que la Señora de Winter recorrió por primera vez esa maravillosa casa, con miedo, con incertidumbre, deseando tener mejor aspecto, pero con paso firme y deseosa por demostrar que ella lo vale.

     No pretendo nada con éste blog, bueno sí, sólo pretendo una cosa con éste blog… y es aportar algo bueno en éste mundo que nos rodea…algún truco, alguna pequeña idea, unos minutos de tranquilidad frente al ordenador… algo pequeño, un momento insignificante tal vez, un detalle… pero es que la vida está llena de esos pequeños minutos que nos hacen felices, no todo el mundo es igual, las diferencias son pequeñas, pero son esas pequeñas diferencias las que nos hacen especiales, y si a alguien le parece, por un pequeño minuto, especial este blog… habré ganado.

     Así que sin más…pasen a Manderley y póngase cómodos, porque esta pequeña historia acaba de empezar.
                                                                                                                                                                                                                          Para Fran... Tú sabes porqué







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