jueves, 20 de febrero de 2014

¿La belleza está en el interior?


El otro día estaba hablando con unos amigos sobre las películas Disney y un amigo dijo: “pues a mí Blancanieves me parece una historia oscura” y entonces empecé a pensar en ellas, sobre sus historias, sobre su trasfondo y desde entonces sólo puedo pensar una cosa: ¿en qué estaba pensando el señor Walt Disney?


Que conste que decir que soy una gran fan de estas películas es quedarme corta, soy de su época más productiva, pero hay cosas que no llego a entender.


El momento del flechazo.
Por ejemplo, mi muy querida la Señorita Cenicienta, una película muy bonita, con un final precioso. Pero, quitando que si yo fuera ella le metía una denuncia a la Madrastra, por temas de herencia, que las levantaba en peso a ella y a las culonas de sus hijas, tampoco puedo entender que se diga que Cenicienta trabajaba mucho, porque allí los más esclavos son los “pobres ratones modistas” que hacen de todo, esto es una cadena: “mi madrastra manda sobre mis hermanastras, mis hermanastras sobre mí, yo mando sobre los ratones, todos mandan aquí”, menos los pobres ratones (vamos, lo típico de ser el hermano pequeño de la casa). Y además, la historia es que cuando llega la Ada madrina, la pone monísima de la muerte, se va al castillo, conoce al príncipe, tiene un baile (un flechazo monumental, porque ni hablan en la peli) y ya está, casada. Que yo no digo que no, pero ¿hay algo más denigrante que se haga un baile para casar a una persona? Vamos, lo pones entre la espada y la pared, es que no le da tiempo a tomarse un café con la chica… “¡Mira, esa es guapa! ¡Me caso!” Porque encima no me fastidies, si volvió a casa a las 00:00, es que la tipa de Cenicienta es rápida en cazar hombres, que era la primera vez que “trasnochaba”, que yo salgo de fiesta y a esa hora estoy saliendo de casa.

Pero que coste que yo quiero mucho a Cenicienta, que a mí cuando me mandan a hacer bastantes cosas a la vez, sea donde sea, voy cantando para mí: “Cenicienta, Cenicienta, pronto pronto Cenicienta…”.



Después pensé en la Sirenia, esa chica que tiene el don de llevar el pelo, ya sea en el mar o fuera de él, perfecto. Yo he pensado peinármelo con un tenedor a ver si tengo suerte…



A mi querida amiga le pasa lo típico de cada mujer: si son morenas, quieren ser rubias, si son bajas quieren ser altas, las altas se mueren por ser bajas y las pelirrojas... bueno, las pelirrojas quieren ser pelirrojas. Lo que pasa que ella lo lleva al extremo más heavy, la chica tiene cola y quiere piernas (que luego, su hija tiene piernas y quiere cola en La Sirenita 2, sí, es que es culo de mal asiento). Y no solamente eso, si no que le da igual dejar todo su mundo por un chico, pero vamos a ver…conoces a un tío con el que no hablas, porque encima eres muda ¿y lo dejas todo por él? Por muy macizo que esté el chico…¿en qué estabas pensando? Yo, francamente, creo que dijo, “yo quiero independizarme, este tipo me encuentra mona, viene con casa incluida, yo me caso y a disfrutar de la vida”. Si es así como pensó, le hago la ola, un aplauso para la señorita. Aunque tampoco entiendo al padre, que es superprotector durante toda la película y le pone un vestido al final con una abertura en la pierna que le llegaba casi a la cintura, que eso un padre no lo hace, un padre de verdad te pone un jersey de cuello cisne que te tape hasta la barbilla. Eso no hay quien se lo trague.
Cómo te vestiría tu padre vs cómo la viste el padre de la sirenita.

Pero para mí, la princesa que se lleva la palma es Blancanieves, una chica que es guapa (como todas las demás chicas ya citadas), pero la más pánfila de todas. Siempre se libra de todo por su belleza. Vamos a ver, a mí desde pequeñita, mi madre me decía: “hija mía, como cojas algo que te dé un extraño, te doy un sopapo que (y aquí venía la amenaza)”. Si yo aprendí eso bien pequeña, a una mujer hecha y derecha como Blancanieves, ¿cómo se le ocurre coger una fruta de una extraña, sabiendo que la quieren matar? Eso ya no es ser confiada… eso es jugar a otro nivel. Y luego lo mismo, un beso, el príncipe se la lleva y ala, a vivir del cuento.


Y mira que soy de esa clase de personas que cuando pilla un atasco en la autovía y veo el atardecer, si es anaranjado, sólo se me vienen unas palabras a la mente:


Nants ingonyama bagithi baba
Sithi uhm ingonyama
Nants ingonyama bagithi baba
Sithi uhm ingonyama
Siyo nqoba
Ingonyama nengw' enamabala...

Desde el día que al mundo llegamos
Y nos ciega el brillo del sol
Hay más que mirar donde otros solo ven,
Más que alcanzar, en lugar de soñar….





Sí, todavía hay esperanza.
Es curioso como ahora me doy cuenta de lo machistas que son todos esos cuentos. En todos ellos la chica espera que el chico le resuelva la vida y vivir de él. Eso sí, en un gran castillo. No hay sueños de superación por ellas, ninguna dice: “mira que mona soy, sí, pero además de eso quiero ser culta y poder ser autosuficiente”. Dichos cuentos, para mí se han quedado totalmente desfasados en la sociedad en la que vivimos. Aunque es cierto que con Brave empieza a cambiar eso (una chica con unos pelos de loca mirando por su familia y encima que no quiere casarse, ¡bien!). Menos mal que en la realidad, las parejas se dan un buen tiempo para conocerse. Las mujeres dejan de ser simples fachadas para cultivar el interior y ser unas personas sensatas, inteligentes, cultas, con las que puedes tener más de una conversación en un baile, trabajadoras, independientes, cariñosas, atractivas en toda la plenitud de la palabra, tal vez no tengan un príncipe a su lado, pero tal vez tengan a alguien que las comprenda y apoye (y créanme, eso es mucho).

Seguramente, si una persona cercana te definiera, tal vez su primera palabra no sería bella, pero seguro que dicha palabra es más profunda que la belleza estética. Porque es cierto lo que Disney dice: "la belleza está en el interior", aunque ellos no cumplan con el ejemplo.

Así que señor@s, para mí las verdaderas princesas son esas madres, amigas, compañeras, Arquitectas, Doctoras, Abogadas, Psicólogas, Periodistas, Maestras etc que nos hacen que éste mundo sea mejor de lo que es. Para todas esas mujeres: “Hurraaaaaaaa, sois las mejores”.


PD: Encontrad las siete diferencias.



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